Decir que es doloroso es poco, quizá hasta caiga en lo desagradable, pero finalmente es un proceso que muchas mujeres buscan. No es como si tuvieran que ponerse un piercing en el clitoris para decirnos exáctamente donde hay que estimular.
Ahora tanto como un adorno, pues no lo creo, quizá más bien como un fetiche para quienes gozan de este tipo de placeres. Quizá la gilocaina que le pusieron no fue suficiente que la escuincla brincó de dolor
0 comentarios:
Publicar un comentario